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La condición de las mujeres en Panamá ha variado y mejorado de manera significativa, especialmente en algunas áreas como la educación y el empleo. Sin embargo, lejos está aún el país de la igualdad entre hombres y mujeres. Avanzar hacia la meta de la paridad y lograr condiciones de igualdad para el disfrute pleno de la ciudadanía, requiere del conocimiento de la realidad sobre la cual pretendemos intervenir.

El Cuarto Informe de Panamá sobre el cumplimiento de las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio del año 2014, nos aporta datos e información oficial recientes y nos acerca a la situación socio-económica de las mujeres en Panamá:

  • Las estadísticas de educación marcan una tendencia: las mujeres permanecen mayor tiempo en el sistema educativo que los hombres y culminan sus estudios en mayor grado que los hombres, especialmente, en los niveles de premedia, media y superior. La relación mujer/hombre en la enseñanza superior universitaria muestra para el año 1990 que por cada 100 hombres se matriculaban casi 140 mujeres; en el año 2012, la relación fue de 150 mujeres por cada 100 hombres.
  • A pesar del registro de un incremento en los últimos años de la población femenina ocupada y de que las mujeres alcanzan niveles más altos de instrucción y acumulan más años de escolaridad que los hombres, su inserción laboral sigue estando por debajo del promedio nacional. Asimismo, una vez empleadas, reciben una remuneración menor que la que reciben los hombres por el mismo trabajo desempeñado.
  • La tasa de actividad económica para el año 2013 a nivel del país y en el área urbana fue de 64.1%; en el área rural varió a 64.2%. Al analizar los datos por sexo, se observa que los hombres tenían una participación de 79.1% a nivel total, 77.6% en el área urbana y 84.2% en el área rural; mientras que las mujeres mostraban una participación de 49.7% a nivel total, 51.9% en el área urbana y 43.2% en el área rural. Esto refleja la no vinculación de la formación académica con la inserción laboral.
  • Las tasas de desempleo de las mujeres son mayores que las de los hombres. En el período 2003-2013, el desempleo femenino disminuyó en mayor proporción que el masculino. El desempleo de las mujeres se redujo de 18.1% en 2003 a 5.3% en 2013; mientras que la tasa de desempleo de los hombres disminuyó de 10.1% en 2003 a 3.3% en 2013.

Un dato clave vinculado a las restricciones de acceso a la participación de las mujeres en la vida pública y política es el relativo a la doble jornada de trabajo productivo y reproductivo que ellas realizan. Para el análisis, los resultados de la primera Encuesta del Uso del Tiempo del INEC e INAMU (2011) resultan reveladores: las mujeres trabajan 9 horas más por semana que los hombres.

En cuanto a la violencia de género, los datos publicados por el Observatorio Panameño contra la Violencia de Género (OPVG) de la Defensoría del Pueblo señalan que en el período 2008- 2010 perdieron la vida de forma violenta un total de 194 mujeres; el incremento en 2009, en comparación con el año 2008, fue de 90.5%. Según el lugar de ocurrencia de las muertes, 59.9% fue en lugares privados, sobre todo en casa de las víctimas, y 36.1% en espacios públicos.

Los datos arriba plasmados reflejan sólo una visión panorámica de la situación de desigualdad que afecta a las panameñas y guarda relación con el andamiaje legal del país en materia de derechos humanos, lo que incide necesariamente en los indicadores de derechos políticos de las mujeres. Tal y como veremos con mayor detalle en la siguiente sección, con los resultados de la aplicación del Índice de Paridad Política del Mecanismo de Aceleración Atenea, Panamá obtuvo un puntaje global de 37.2 sobre un total de 100 puntos posibles. El país tiene un largo camino por recorrer para el logro de un ejercicio paritario de los derechos políticos de las mujeres. Conocer dónde se encuentran los principales vacíos constituye un paso en la dirección correcta.