Pocos días después del cierre de listas, que configura el mapa político de cara a las elecciones de medio término en octubre, se presentaron en el Senado de la Nación los resultados del informe “La paridad política en Argentina: avances y desafíos”. El estudio mostró que el porcentaje de participación femenina en los distintos ámbitos de la política a nivel nacional, se ubica en un 44,7.

La iniciativa Atenea, impulsada por ONU Mujeres, IDEA Internacional y el PNUD, es una herramienta que mide a través de ocho índices la participación de las mujeres en la política. El estudio aporta datos sobre el ejercicio del derecho al sufragio por parte de las mujeres, la existencia de mecanismos de cuota de género en los países, la presencia de mujeres en los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y su participación en los partidos políticos.

“El 23 % de las bancas parlamentarias a nivel mundial, en 2016, estuvieron ocupadas por mujeres”, afirmó Benigno Rodríguez, representante del PNUD, para inaugurar la jornada donde se compartirían los datos sobre Argentina.

Según el índice Atenea, el Poder Legislativo cuenta con una participación mayor de mujeres debido a las iniciativas impulsadas desde el propio parlamento para garantizar la cuota de género. “Argentina es un país pionero, desde 1991 cuenta con una Ley de Cupo que favorece la inclusión de las mujeres en la política”, aseguró Rodríguez. Ese piso de 30% de mujeres en el Congreso que garantiza el cupo, se ha ido transformando en un techo para las políticas. A partir de un estudio realizado por el instituto Proyección Ciudadana, quedó claro que las boletas de agosto no rebalsarán de políticas: solo el 38 % de las precandidatas a nivel nacional, en ambas instancias electorales, son mujeres.

En la actualidad, las mujeres representan un 36 % de la Cámara de Diputados y un 42% del Senado. Entre el 2009 y 2016 el país descendió varios lugares ubicándose actualmente en el puesto 28 de 185 a nivel mundial en el ranking de Inter-Parliamentary Union. Algunos países de la región, a partir de medidas que fomentaron la paridad, lograron ascender en las posiciones del ranking parlamentario, como el caso de Bolivia que en la actualidad cuenta con el 53 % de sus bancas femeninas.

El área donde Atenea registró la mayor ausencia de mujeres, es en las máximas instancias del Poder Judicial y Ejecutivo: actualmente la Corte Suprema de Justicia solo cuenta con una integrante mujer y ninguna magistrada en la Corte Nacional Electoral; en relación con la presencia de mujeres en el gabinete, esta población sólo representa el 13,6 % del total.

En relación a los partidos políticos, el informe sugiere cierta escasez de compromisos por parte de las distintas fuerzas con la paridad, sólo el 12,5 % incluye principios de igualdad de género en sus cartas orgánicas, sin embargo -afirman desde PNUD- todavía queda un largo camino entre esa paridad enunciada, y la real.

Igualismo vs paridad

Una de las marcas de cervezas más famosas decía en su campaña publicitaria de 2012 “Cuando los hombres y las mujeres se encuentran, nace el ‘Igualismo’.”Esa especie de guerra de los sexos tenía un combate final, donde machistas y feministas se arengaban con frases estereotipantes sobre el ser varón y el ser mujer. Aun si tradujéramos esa idea de igualismo y le dijéramos paridad, nada de eso pasa sin la presión del activismo social y la promoción de acciones positivas. “En aquellas áreas donde se aplicaron medidas de paridad, el índice Atenea mejoró. En las que no -como por ejemplo el Poder Judicial-, la medicación bajó considerablemente”, afirmó Mariana Caminotti, una de las consultoras a cargo de la investigación.

Los compromisos gubernamentales han sido, y siguen siendo, claves para el fomento de medidas que favorezcan la participación de las mujeres en la política. No solo la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer de 1953, primer instrumento de derecho internacional en reconocer y proteger los derechos políticos de las mujeres, recomendó a los países firmantes que eliminen las barreras que impiden el acceso de las mujeres, sino que esos compromisos fueron ratificados en el Consenso de Quito (2007), en el de Brasilia (2010), y el de Santo Domingo (2013). En cada uno de ellos se realizaron llamados a la paridad y los gobiernos se comprometieron a promover que en los partidos políticos se alcance la inclusión paritaria de las mujeres, tanto en los espacios de toma de decisión de estas instituciones políticas, como en las candidaturas que se presenten.

El informe completo puede leerse en el sitio http://www.ar.undp.org

 

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